Fuente: "La Voz de Galicia"
La primera Festa da Becerra que se celebró el sábado fue un éxito rotundo. Los voluntarios repartieron 250 kilos de carne y 150 litros de vino en dos horas
(Firma: Fernanda Follana | Lugar: becerreá)
La primera Festa da Becerra fue un éxito. Las familias al completo se dieron cita el pasado sábado en la praza do Concello de Becerreá, para acabar en dos horas con la res donada por Ternera Gallega. Los voluntarios trabajaron a destajo. Sudando por el calor de las brasas, miembros de la comisión de fiestas, de Protección Civil y del grupo municipal de intervención rápida (Grumir) repartieron 250 kilos de carne y 200 litros de vino. Fue un trabajo intenso desde las diez de la noche hasta que se sirvieron las últimas raciones, sobre las doce, hora en que Susana, la integrante más joven de la comisión, se quitó el delantal de cenicienta y se puso los zapatos de cristal para disfrutar la verbena.
Sosteniendo una vajilla de plástico, los comensales se agolparon formando largas colas en torno al puesto de la organización, en la parte alta de la plaza. En dos parrillas de un metro cuadrado se fueron haciendo las sabrosas porciones del becerro. Detrás de una barra que liberaba a la organización del agobio, alrededor de diez voluntarios cortaron pan, sirvieron vino y repartieron las suculentas raciones sin tomarse un respiro.
La multitud se repartía en grupos familiares. Desde los más pequeños hasta los de más edad disfrutaron juntos de una noche agradable, en que la lluvia, que deslució los dos primeros días de fiesta, no hizo finalmente acto de presencia. Después de la cena, la verbena estuvo animada hasta las cinco de la madrugada con el grupo Melodía. Las calles de Becerreá repletas de gente arriba y abajo, hacía tiempo que no vivían una noche de fiesta así.
Pero los verdaderos protagonistas fueron los veraneantes. A ellos se dedicaron, como en otras muchas localidades de la comarca, estas fiestas del turista que, a pesar de los tópicos, tienen bien merecidas: la población ancaresa, mermada durante el resto del año, se recupera en el mes de agosto, en el que las familias crecen con la visita de los que marcharon a buscar trabajo y que dan un soplo de vida a la zona.
Día de feria
La fiesta comenzó por la mañana. A los festejos programados se sumó la algarabía de un día de feria y de la mezcla salió una jornada memorable para la villa. Por el mercado de ganado el sábado no se andaba, ya que además de la feria de vacuno, acogió también la exposición de automóviles.
Cualquier pequeño acontecimiento fue motivo de celebración por parte de la multitud que se concentró en las instalaciones de la feria nueva. En torno a los gaiteiros de Navia, que protagonizaron el pasacalles, grupos improvisados de jóvenes y no tan jóvenes bailaron en corro haciendo las delicias de los presentes.
En la sobremesa el ambiente se trasladó a los bares de la villa, donde la gente fue haciendo tiempo para empalmar con la sesión nocturna. Los del lugar dicen que fue la feria más grande en los últimos veinte años.
Tradicionalmente el mercado del 19 de agosto es la fecha que marca el final del verano en Becerreá y a partir de este día los turistas comienzan a escalonar la vuelta a casa. El pueblo y los visitantes se regalaron este año una despedida por todo lo alto.
¿Quién paga el pulpo?
El partido solteros contra casados terminó el domingo con el ganador en suspense. «Tiñamos a broma de que o que gañase pagaba a pulpada do Santo. A falta de tres minutos, cando nos vapuleaban sete a dous, con bo rollito e cachondeo botáronse fóra do terreo de xogo e déronnolo partido. Pero bueno, se hai que invitalos, faise sen problema», explica Xosé Manuel Vázquez, xogador dos casados e membro da comisión de festas. Al Santo, están todos emplazados; quién paga, está por ver.
Los cuatro días de fiesta terminaron el domingo en la praza do Concello, con música folk y concurso y degustación de tortillas. El jurado formado por Suso de Donato, Isabel, Maruja da Feira y Manuel Donato , tuvo una tarea difícil. El premio al mejor sabor se lo llevó Héctor del Zoilo; la mejor presentación fue para Matilde de la Seat, cuya tortilla tradicional ya fue galardonada en anteriores ediciones; y la más original la presentó el Bar Cuatro Caminos.