Fuente: La Voz de Galicia (23/8/2009)
Los tres puestos fijos de vigilancia forestal en los concellos de Os Ancares permiten una visión casi completa de la comarca. Pero las casetas situadas en Tesón, Navia de Suarna; Pena do Pico, Becerreá; y Busmaior, Cervantes, además de servir para el control de incendios, son miradores que ofrecen panorámicas espectaculares. Los tres puntos localizados en cotas superiores a los mil metros forman entre sí un triángulo conectado visualmente y su estudiada posición estratégica permite al ojo humano tener bajo control alrededor del 80% de la superficie de los concellos de la montaña.
Aunque no está permitido el acceso al interior de las casetas su visita es una buena opción para los viajeros que se acercan con intención de disfrutar del paisaje de Os Ancares. El asfalto no llega a ninguna de ellas, pero los dos o tres kilómetros finales por pista de tierra pueden hacerse a pie si no se quiere meter el coche.
Las tres atalayas contra incendios de Os Ancares mantienen vigente el mismo sistema de vigilancia que utilizaron los árabes en la Península hace doce siglos. Entonces una red de torres-vigía situadas en lugares, muchos de los cuales fueron luego vértices geodésicos, y conectadas visualmente entre sí, permitía detectar cualquier incursión cristiana y transmitirla por todo el territorio.
El centinela que avistaba desde su puesto al enemigo realizaba señales visuales a la torre más próxima, que las transmitía a la siguiente; y así sucesivamente, el mensaje podía recorrer cientos de kilómetros en poco tiempo. Hoy los vigilantes de la Xunta alertan de los fuegos a través de emisoras, pero su mirada atenta día y noche y su posición estratégica continúan siendo vitales en la detección y evaluación precoz de incendios. Tesón, Pena do Pico y Busmaior son también puntos de interés turístico porque ensalzan los paisajes de una comarca bella.
Pena do Pico, la occidental de las tres atalayas ancarinas
La cima de Pena do Pico es la más occidental de las tres atalayas y el punto más elevado del concello de Becerreá con 1.184 metros de altura. La caseta de vigilancia eleva ocho metros la cota. Desde allí mirando al sur puede verse el monte Oribio, en Triacastela. Completando un barrido de 360 grados en el sentido de las agujas del reloj, se encuentran Sarria, Lugo, el valle de Neira de Rei con Baleira al fondo, A Fonsagrada, los Picos de Os Ancares, O Cebreiro y la sierra del Poio.
En un plano más cercano los valles y montañas de los concellos de Becerreá, As Nogais y Cervantes.
Busmaior, entre As Nogais y Cervantes
Busmaior está a 1.265 metros de altura entre los concellos de As Nogais y Cervantes. Destaca su panorámica de la zona suro de Os Ancares y permite controlar buena parte de la superficie de la reserva de caza.
Además de los picos de Penarrubia, Tres Bispos y y la sierra de Pando, ofrece un primer plano de los valles del Cancelada, Cela y Cereixedo. Pueden avistarse también el castillo de Doiras y el albergue en la campa de Fieriró. Desde este tipo de atalayas, al estar en cotas elevadas, para el ojo humano constituyen el primer medio de detección de fuegos.
La torre de Tesón, la más alta y espectacular
La torre de Tesón, en Navia, es la más espectacular por su diseño y también por sus vistas. La sala del vigía está encaramada sobre una superficie metálica que la eleva 22 metros del suelo para conseguir una cota que ronda los 1.400. Desde Tesón se obtiene la mejor vista del característico Pico Surcio y un plano cercano del ancarés Miravalles. Es el más nórdico de los puntos de vigilancia y permite controlar casi toda la superficie de Navia y la más septentrional de Cervantes, con buenas panorámicas de los hermosos valles del Rao y del Ser y del entorno de O Piornedo.