Natural de Becerreá, Arturo Rodríguez tiene a su cargo la dirección técnica de uno de los pocos teatros españoles que pueden acoger grandes musicales. (El Nuevo Alcalá)
«El espectáculo que hice con Lina Morgan era único» Entrevista | Arturo Rodríguez Bolaño |
Fuente: La Voz de Galicia (19/11/2006)
Firma: Fernanda Follana
Arturo Rodríguez Bolaño emigró de Galicia con 17 años para ser técnico de sonido, una profesión que entonces apenas existía en nuestro país y en la que se ha forjado una carrera de éxitos en los teatros madrileños. Durante casi una década se hizo imprescindible para Lina Morgan tras los bastidores de La Latina, pero seguramente este ingeniero técnico de Telecomunicaciones disfruta en la actualidad del mejor momento de su vida profesional como director técnico del Nuevo Teatro Alcalá, cuyas obras de rehabilitación ha llevado a cabo él mismo.
Desde que reabrió sus puertas, va a hacer cuatro años, el moderno y acogedor escenario ha tenido en cartelera tres temporadas el musical Cabaret y la próxima primavera pondrá en escena Jesucristo Superestar.
Asegura que en Madrid es «cada día más difícil vivir» aunque reconoce que «uno se acostumbra y, claro está, desharía un cambio para algo mejor, pero el tipo de trabajo que realizo lo hace difícil».
-Terminé el bachillerato y Madrid era el único sitio donde se podía hacer Telecomunicaciones, así que me vine con dieciocho años y aquí estoy desde entonces.
-¿Cómo acabó en el mundo del teatro?
-Terminé Telecomunicaciones justo cuando comenzaba Sonido, por lo que me especialicé en equipos electrónicos y empecé a trabajar en el Rock and Roll ; eran los primeros pasos de la nueva ola, pero llegó un momento en que me planteé que no podía estar toda la vida en eso y me surgió la posibilidad de hacer una obra de teatro musical como técnico de sonido.
-Comenzó en una profesión que también estaba dando sus primeros pasos, ¿cómo era entonces?
-Un poco más complicado que ahora. Había que hacer de todo un poco.
-Fue durante durante nueve años la mano derecha de Lina Morgan, ¿realizaba en La Latina un trabajo diferente al actual?
-Allí sólo me encargaba del sonido. No tenía nada que ver con lo que hago ahora, principalmente porque era un proyecto más local y hoy trabajo para una empresa multinacional con otras perspectivas. Pero desde luego, fueron unos años importantes desde el punto de vista profesional, porque el espectáculo de Lina Morgan era único.
-¿Cómo ha quedado el Teatro Alcalá tras ser sometido a una obra de rehabilitación?
-El antiguo Alcalá llevaba unos doce años cerrado cuando se decidió recuperarlo y reconstruir lo que es el teatro actual. La propuesta planteó dotar al edificio de todos los accesos y circulaciones necesarios exigidos para su correcto funcionamiento, manteniendo las características morfológicas y arquitectónicas del conjunto. Las actuaciones más importantes y complicadas se han ejecutado en la nueva planta sótano, en la sala de ensayos, en la última planta y en la caja escénica, totalmente de nueva ejecución. El teatro está dotado de equipos de sonido y de electricidad de las primeras marcas y como resultado el nuevo Alcalá es un teatro moderno, bonito y funcional dotado de las últimas tecnologías. Como anécdota añadir que toda la maquinaria escénica ha sido realizada por una empresa gallega, C.T.M., de Arteixo.
-¿En qué consiste su trabajo?
-El Nuevo Alcalá puede considerarse el mejor teatro privado de Madrid. Mi responsabilidad abarca toda la parte técnica del teatro así como el mantenimiento del edificio. El montaje y el funcionamiento de un espectáculo musical requiere un gran número de operarios con un grado de especialización alto; estamos hablando de una media de 45 días de montaje, y de alrededor de 50 técnicos para poder estrenar un espectáculo. Una vez en marcha, hay función todos los días de la semana excepto uno. Tengo a mi cargo todo este personal, pero obviamente está organizado en diferentes departamentos al frente de los que hay un jefe.
-Y de la eterna crisis del teatro, ¿qué opina?
-Decir que ahí sigue, pero el teatro sigue adelante como una de las más importantes manifestaciones culturales de esta sociedad.
-Cómo emigrante gallego, ¿añora su tierra?
-Cualquier persona que habla conmigo por primera vez, a los dos minutos me suelta el típico comentario: 'Tú eres gallego'; es decir sigo manteniendo el mismo acento que tenía cuando me vine a Madrid y eso fue hace 36 años. A Galicia voy siempre que puedo, tengo a mi familia y buenos amigos.